Cosmética natural{exfoliante facial casero}

 Para empezar, quiero dejar claro que no soy, ni mucho menos, una entendida en la materia, es más, hasta hace unos meses ni siquiera me molestaba en leer los ingredientes de los productos que utilizo, pero últimamente, he dedicado más tiempo del habitual a leer sobre belleza y cosmética natural y he llegado a la metafísica conclusión de que si en tu baño no hay ningún producto comestible, probablemente no seas una mujer moderna (...) Yo, como quiero ser moderna y me apunto a un bombardeo, me  he dejado arrastrar por la corriente eco-potinguera y ya veremos en qué acaba. 

 No reniego de la industria cosmética, soy consciente de que determinados problemas requieren del uso y/o abuso de productos químicos, además, con el paso de los años, mejoran su composición. Tampoco me voy a volver amish ni voy a renunciar a todos los placeres que nos brinda el avance de la ciencia, lo que quiero, es compaginar métodos naturales con los inevitables productos menos ecológicos. Una vez concienciada (gracias a tantas horas de lectura por la red) de que es mejor no abusar de los sulfatos, methylparabenes, propylparabenes y demás palabros, quise poner remedio, y empezar una nueva etapa, la etapa "chemical-free" en mi caso, "chemical-free sin pasarse". Decidí que lo que necesitaba con más urgencia era un exfoliante facial.  
 Lo primero que hice fue consultar con un especialista  (Google), y al contrario de lo que pensaba mi antiguo yo, no necesitaba células madre de pequeño pony  ni cosas parecidas. Los ingredientes eran tan normales que tuve que intentarlo. Algunas ya lo habréis probado miles de veces, pero para mí, es toda una novedad.


Siguiendo la recomendación del especialista, y de mi sentido común, me quedé con esta (en realidad la elegí porque tenía todos los ingredientes en casa). 

Aquí una foto de los ingredientes por si alguien no ha visto nunca medio limón

Después de mezclar los ingredientes el resultado tiene que ser algo parecido a esto.

Aunque parezca miel, puedo prometer y prometo que es azúcar moreno con  aceite de oliva y limón

 

 

Recomendaciones personales:

• Mezclar insistentemente, el aceite acabará ligando con el azúcar y el limón, aunque por momentos, eso parezca imposible.
• No hacerlo el mismo día que hayas limpiado el baño.
• Mientras lo dejas actuar, si no estás en la ducha, ten cerca pañuelos de papel, el mejunje gotea.
• Si no te gusta el sabor del aceite crudo, no lo intentes.
• Por razones obvias, protégete bien el pelo.
• Guardar el sobrante en un recipiente que cierre bien para que se mantenga en perfectas condiciones y sobre todo, ¡para que no se derrame!. 
• Si no estás del todo convencida, haz menos cantidad. Siempre hay tiempo de hacer más. 

Conclusiones:

• ¿Merece la pena el tiempo invertido? Sí, si quieres emplear ingredientes naturales, y al fin y al cabo, es más rápido ir a la cocina que a la farmacia o la perfumería.
• ¿Es más barato que una exfoliante de mercado? Probablemente sí, si no utilizas un aceite de oliva virgen extra, y teniendo en cuenta que con esas cantidades, tendremos exfoliante para un año.
• ¿Merece la pena por resultados? Para mi, sí. La piel me ha quedado extra limpia y ultra hidratada a la par que fina y resplandeciente (sin ironías).
• ¿Lo recomiendo? Sí, porque además de ser muy satisfactorio fabricarte un remedio 100% natural y eficaz y no gastar dinero en un producto, quizá no tan efectivo y que acabará amontonado con otros tantos olvidados en el baño, no me ha provocado ninguna reacción adversa ni ningún tipo de alergia (a diferencia de otros exfoliantes no naturales) a pesar de tener una piel extremadamente sensible y exageradamente reactiva.

Confieso que al principio, lo del azúcar moreno me echaba un poco para atrás.Ya sé que no se trata de pasarlo bien, sino de limpiar la piel en profundidad pero aún así, la idea de arañarme la cara no me tentaba demasiado. Para mi sorpresa, no fue nada agresivo, incluso diría que fue agradable.
Días después de poner en práctica el descubrimiento, supe de otra mascarilla exfoliante casera, muchísimo más sencilla que ésta. Simplemente se necesita un yogur natural, extenderlo, dejarlo actuar media hora y retirar con agua. Parece ser que el ácido láctico del yogur tiene propiedades exfoliantes (¡cuánto me queda por aprender!). Y aunque ahora tenga exfoliante de azúcar moreno para una larga temporada, no voy a dejar de probar la de yogur (estoy totalmente entregada a la cosmética comestible). Si os interesan estos temas, os contaré que tal me fue con la de yogur y si alguien conoce otros remedios caseros, agradecería que los compartiera, me vendrían bien para seguir con mi nueva obsesión etapa. 

Y no olviden vitaminarse y supermineralizarse... y que cada piel es distinta, lo que me funciona a mí, no tiene por qué funcionarte a ti.


Hasta la próxima.

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